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Festival Música Religiosa

Historia

La idea inicial de realizar un Festival de Música Religiosa surgió en el año 1977, durante una reunión de amigos entre los que se encontraban Roberto Salazar Tamayo, ´Martín Alberto Ramírez García y Jaime Arturo Gómez, con el fin de dinamizar y aportar a la tradicional Semana Santa del municipio. En el año 1978, el mencionado Roberto Salazar, en compañía de Berenice Gómez Acevedo, que dirigía la Casa de la Cultura José Duque Gómez, y Luis Gonzalo Salazar Arbeláez, se propusieron realizar la primera edición del Festival. Es así como se presentaron por primera vez las agrupaciones Coral Tomás Luis de Victoria, Coral de los Almacenes Éxito y Coral de la Universidad de Medellín.

Uno de los principales objetivos del naciente Festival fue darles mayores garantías a los artistas participantes, quienes animosamente se vinculaban al certamen, con el único propósito de mantenerlo en el tiempo.

La calidad y el éxito de los primeros festivales fue motivo de interés de diferentes empresarios y artistas que permitieron la realización del evento sin interrupciones, y con la premisa de que el arte es universal y democrático; razón por la cuál todos los conciertos eran gratuitos, con entrada libre y sin distinción de clase social. Esa característica de inclusión continúa y es un criterio inamovible en la Corporación.

Dentro de las anécdotas que más se recuerdan en el Festival, es el asombroso concierto del barítono Luis Carlos García Gómez, quién inicialmente, incrédulo, dudo de que, en dicha región, soportaran un concierto de música religiosa; sin embargo, durante el concierto, con asombro, mostró su sorpresa, al ver que asistentes de toda condición social y procedencia, disfrutaron de su recital con tanto respeto y emoción como cualquier audiencia aristocrática europea.

En inicios de la década de 1990, el Festival comenzó a ser apoyado por el Instituto Colombiano de Cultura, entidad que en 1998 se transformó en el Ministerio de Cultura y apoya el Festival a través del Plan Nacional de Concertación Cultural.

En la actualidad el Festival de Música Religiosa de Marinilla hace parte de la agenda cultural del Ministerio de Cultura.

Concepto de Música Religiosa

En los últimos años, el Festival y sus organizadores han replanteado el concepto de música religiosa, incorporando a este la religiosidad como una manifestación cultural propia de todas las comunidades y, a su vez, la música con su forma expresiva desde lo sagrado y lo ritual. Es por esto que en los últimos años ha hecho parte de las ediciones, artistas representantes de las comunidades negras del pacifico sur colombiano, con sus músicas de marimba y cununos y sus arrullos, cantos de adoración y jugas interpretadas por la agrupación tradicional “Canalón de Timbiquí”; Lucas Rodas, compositor, lutier e intérprete de músicas indígenas sincréticas; también, la cantante e instrumentista argentina Graciela Mendoza que, en su concierto, interpretó músicas rituales de las comunidades originarias de Suramérica, especialmente de las culturas, Quichua, Quechua, Aimará, Nasa, entre otras.

Componente formativo y Encuentro cultural

El Festival entiende que la formación de públicos es importante y, desde sus inicios, con los conciertos, aporta al desarrollo y a la consolidación de públicos. Sin embargo, en los últimos años se ha incursionado en los componentes académicos para artistas de la región que, por medio de talleres realizados por los artistas concertistas, amplían un poco la visión técnica de la música. Además, se realizan conferencias en las que el público en general puede entender las formas y el criterio espiritual y estético con el que se realizan las músicas de las culturas diferentes a la predominante, es decir, la católica, fomentando así el dialogo de las diferentes estéticas y manifestaciones culturales.

Espacio de circulación, difusión y promoción

La organización del Festival, en las últimas ediciones, ha entendido que el certamen es una plataforma importante en el circuito de promoción, difusión y circulación regional, nacional e internacional. Por esto, en las últimas ediciones ha incluido procesos de formación de Casas de Cultura y agrupaciones de la región, que van generando redes de circulación supramunicipal. Así mismo, el Festival busca difundir y promocionar la obra de compositores colombianos