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Encíclica Populorum Progressio

La encíclica Populorum Progressio, sobre “el desarrollo de los pueblos”, fue proclamada por SS Paulo VI el domingo de resurrección de 1967. Las enseñanzas pastorales de la encíclica cobran gran importancia y validez en los tiempos actuales, pues en ella, destacó el Papa, que es el capital el que debe estar al servicio del ser humano y no este al servicio del capital.

Anotó el pontífice que el desarrollo debe ser integral y acorde con las necesidades del ser humano. Destaca la urgencia de la justicia social, la lucha contra la pobreza, la necesidad de la educación y la paz como nuevo nombre del desarrollo. Esta encíclica permitió a la iglesia católica liderar la solución de los problemas sociales de sus comunidades, como nueva realidad del evangelio.

Los postulados de la carta papal fueron claves en el Oriente antioqueño, ante las discusiones por la imposición de una nueva geografía hidráulica regional en la época de construcción de la central hidroeléctrica de Guatapé.

Los fundamentos de la Populorum Progressio sirvieron concretamente para exigir el derecho colectivo a la identidad de los pueblos. En el municipio de El Peñol aquella exhortación de san Paulo VI se convirtió en el marco teórico para la redacción del Contrato Maestro, suscrito con las Empresas Públicas de Medellín, en 1969.

Hoy, en todos los pueblos del mundo siguen vigentes los principios y orientaciones de la carta papal, en el entendido de que, si el desarrollo humano no es integral, no es desarrollo.